¿Enfadado? IDENTIFICA EL PROBLEMA

Alguien (familiar, amig@, pareja, compañer@ de trabajo, etc…) ha hecho (o dejado de hacer) o ha dicho (o dejado de decir) algo que te ha molestado. Te sientes mal con el/ella y no te apetece verle y quizás ni hablarle.

Está claro que esto no es bueno porque estás de mal rollo, transmites mal rollo a la persona en cuestión y transmites mal rollo a todo el mundo que te rodea. Así que habrá que hacer algo para arreglarlo, ¿no?

Como siempre, te propongo algún truquillo sencillo por pasos que a mi me ha funcionado. Hoy empezaremos por el principio (válgame la redundancia): identificar el problema.

IDENTIFICA EL PROBLEMA

Muchas veces te sientes mal y llevas el mal rollo por dentro. Te vas repitiendo a ti mism@ lo mal que se han portado contigo y vas aumentando tu mal rollo. El problema es que dentro de la cabeza no suele haber espacio para racionalizar  así que te dejas llevar por las emociones y lo ves todo un poco más negro de lo que es. Además, no hay nadie que te conteste a los argumentos por lo que siempre tienes la razón y te reafirmas en lo malos que son los demás. Si por un casual tenemos mucho tiempo libre y nadie con quién disfrutarlo todo esto se convierte en un coctel bastante explosivo.

Escribe los hechos

Así que lo primero que puedes hacer es escribir “exactamente”  lo que ha pasado. En un papel enumera los hechos que te han causado el malestar “de la forma más objetiva posible”. Escribir te permitirá sacar lo que tienes dentro  y solo eso ya es todo un alivio.

Pero además, curiosamente cuando escribimos tendemos a ser más objetivos, a no exagerar tanto. Nos cuesta dejar constancia de algo que no estamos seguros (vamos, que cuesta más mentir por escrito) ya que el escrito sería la evidencia de la mentira. Así que si lo releemos veremos que seguramente las cosas son menos graves de lo que parecían en nuestra cabeza.

Escribe las emociones

Ahora toca escribir como te sientes. Como te has sentido en cada momento y que es lo que te ha molestado. En este punto te recomiendo ir un poco más allá. No solo ver qué te ha molestado sino de tratar de encontrar porqué te ha molestado. En muchas ocasiones verás que hay otra razón que te crea malestar y lo que ha pasado simplemente te sirve de excusa para poder enfadarte con esa persona.

Un ejemplo: Un@ chic@ que conoces este sábado quedó en llamarte algún día para tomar un café pero aun no lo ha hecho. Es muy común enfadarse y decir que es un@ impresentable por no llamar. Sin embargo, en el fondo lo que te molesta es el miedo a que no esté interesad@ en ti. Si eres consciente de ello verás que no tienes “derecho” a enfadarte ya que no ha hecho nada malo. Puedes estar decepcionad@ por la situación y porque hubieras preferidoque fuese  de otra manera, pero no sería lógico que empieces a odiarle.

Evalúa el enfado

Con los dos pasos anteriores habrás identificado cual es el auténtico problema, qué es lo que pasó, qué te molestó y porqué. Y en este punto a llegado el momento de plantearse si el malestar que sientes y las medidas que has tomado (retirar el saludo, contestar mal, etc..) son proporcionales al “agravio”. Si eres just@ contigo mism@ y con la otra persona verás que en muchas ocasiones tus emociones negativas son desmesuradas en comparación con lo que te han hecho y tus reacciones son desproporcionadas. Así que si eres capaz de enfocar el tema fríamente conseguirás que te afecte menos y evitarás perder una relación a causa del enfado.

Con un poco de suerte a estas alturas ya te sientes mejor porque has visto que muchos problemas no son para tanto. Con menos suerte, la persona ha hecho algo que realmente está mal y tiene sentido que te sientas mal con ella. La semana que viene veremos que hacemos en estos casos.